San Pedro de Jesús Maldonado: El Mártir de la Eucaristía
- Los Cristeros MX
- 11 feb
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Fue beatificado en 1992 por San Juan Pablo II y canonizado en 2000 junto con otros mártires de la persecución religiosa en México. Su testimonio sigue inspirando a sacerdotes, laicos y fieles que buscan vivir su fe con valentía.

San Pedro de Jesús Maldonado es uno de los mártires más emblemáticos de la persecución religiosa en México. Su vida estuvo marcada por una profunda devoción a la Eucaristía y un amor inquebrantable por su pueblo. Su martirio, ocurrido el 11 de febrero de 1937, es un testimonio del sacrificio de aquellos que dieron su vida por la fe en tiempos de intolerancia.
Durante la persecución religiosa en México, su labor sacerdotal se volvió peligrosa. A pesar de las prohibiciones del gobierno, continuó celebrando la Misa y administrando los sacramentos en secreto. Su fidelidad le costó la vida.
Nació el 15 de junio de 1892 en Chihuahua, México. Desde niño, mostró un gran amor por la oración y el servicio a los demás. Sintió el llamado al sacerdocio y, a pesar de muchas dificultades, fue ordenado sacerdote el 25 de enero de 1918 en la Catedral de El Paso, Texas, ya que en México se vivían restricciones contra la Iglesia.
Desde el inicio de su ministerio, el padre Pedro se dedicó con fervor a la evangelización y al fortalecimiento espiritual de su comunidad. Su amor a la Eucaristía lo llevó a promover la adoración y la comunión frecuente entre los fieles. Conocido por su cercanía con la gente, su caridad y su entrega pastoral, se convirtió en un referente espiritual en tiempos de crisis.
Durante la persecución religiosa en México, su labor sacerdotal se volvió peligrosa. A pesar de las prohibiciones del gobierno, continuó celebrando la Misa y administrando los sacramentos en secreto. Su fidelidad le costó la vida.
El 10 de febrero de 1937, fue arrestado por las autoridades en Santa Isabel, Chihuahua. Los soldados lo golpearon brutalmente y lo llevaron ante el jefe municipal, quien lo agredió hasta dejarlo inconsciente. En medio de los golpes, el padre Pedro de Jesús Maldonado sostenía un copón con hostias consagradas, mostrando su amor inquebrantable por la Eucaristía. Al día siguiente, el 11 de febrero, falleció debido a las heridas, convirtiéndose en un mártir de la fe. Su último susurro fue un acto de entrega total: "¡Viva Cristo Rey!".
Fue beatificado en 1992 por San Juan Pablo II y canonizado en 2000 junto con otros mártires de la persecución religiosa en México. Su testimonio sigue inspirando a sacerdotes, laicos y fieles que buscan vivir su fe con valentía.
San Pedro de Jesús Maldonado nos recuerda la importancia de la fidelidad a Cristo y el poder transformador de la Eucaristía. Que su vida sea un faro de esperanza para todos aquellos que buscan vivir su fe con autenticidad.
¡San Pedro de Jesús Maldonado, ruega por nosotros!
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